Fermín y Casadó están llamados a escribir una historia brillante en el Barcelona; sin embargo, la inquietud por tener más minutos los puede orillar a marcharse.
El talento de la cantera del FC Barcelona debe tener siempre la etiqueta de ‘intocable’. Bajo ningún motivo se puede plantear que alguna de las joyas del club sea moneda de cambio, ni siquiera en medio de las grandes necesidades económicas de la institución.
En días recientes, los nombre de Marc Casadó y Fermín López fueron puestos en primer plano debido a su posible salida del equipo, situación que resulta inconcebible, pues ambos están llamados a forjar una historia brillante.
Tienen el ADN Barça, en corto tiempo han demostrado su capacidad, talento y alcances, aunque desde luego, en un momento en el que el club vuelve a probar las mieles del protagonismo y cuenta con un plantel lleno de calidad, no resulta sencillo que tengan los minutos que seguramente desean y quizá que merecen.
En cuando a Casadó, la primera parte de la temporada pasada tuvo un desempeño fantástico, demostró gran madurez, manejó los hilos del mediocampo y en ningún momento le pesó ser titular.
Sin embargo, después perdió protagonismo: sin motivo aparente, Hansi Flick comenzó a relegarlo y apareció la mejor versión de Frenkie de Jong, lo que mermó considerablemente sus posibilidades de jugar, y por si fuera poco después se lesionó.
En el caso de Fermín ha sido una garantía cada que lo requiere el entrenador. Ciertamente suele responder mejor cuando entra de relevo y ‘revoluciona’ un partido, que en sus escasas apariciones como titular. ¿Qué le falta? Continuidad, minutos.
Es sabido que Flick se opone a la salida de ambos futbolistas por los que es natural que existan ofertas, a la par que tengan la inquietud de marcharse si en casa no se sienten valorados.
En el pasado reciente el Barça cometió muchos errores al desprenderse de verdaderas joyas formadas en La Masía, con lo que hoy no puede repetir dichas decisiones. Se trata de dos talentos que más temprano que tarde van a consolidarse en el club de sus amores, a menos, claro, que apuesten por otro destino.
